El “Comedor de Dios”, ubicado en las inmediaciones de El Crucero, en Cancún, abrió sus puertas en abril de 2020 cuando iniciaba la pandemia del coronavirus, para alimentar a gente que se quedó sin empleo.
Luego de la muerte de Ricardo Villalba, su fundador, a causa precisamente de COVID-19, la familia busca apoyos para continuar con el proyecto que se ha extendido hacia las zonas marginadas de Cancún y la zona continental de Isla Mujeres.
Dianely Vidal, viuda del fundador y quien ahora está al frente del proyecto, dijo a Novedades Quintana Roo que continúan recibiendo donativos para seguir con esta causa.
La principal necesidad son voluntarios que sepan de albañilería e instalación. A cambio de su trabajo, el comedor ofrece alimentos a ellos y sus familias, junto con despensas.
Quiero seguir con el objetivo de mi esposo
“Yo quiero lograr el objetivo de mi esposo, que era tener el comedor bien para la gente que lo necesite”, dijo Dianely Vidal.
El comedor se fundó, según contó hace un año el propio Ricardo Villalba, porque él y su familia vieron a decenas de trabajadores perder su empleo y quedarse sin dinero para comer.
Ver a un hombre -que frecuentaba su negocio- hurgando entre la basura en busca de comida fue el detonante para que apostaran sus pocos ahorros en momentos de plena incertidumbre.
Por ahora se dejó de salir a las colonias a repartir comida, pero planean retomarlo en cuanto sea posible. Aún con la cocina incompleta, la familia se las ingenia para alimentar a un grupo de personas provenientes de Chiapas, que llegaron hasta el comedor por intervención de una iglesia.
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