El primer ministro, Mark Rutte, asegura que la heredera de la Casa de Orange no perdería sus derechos dinásticos si eligiera una pareja femenina
El Gobierno holandés no cree que la princesa Amalia de Orange, de 17 años, deba en un futuro renunciar al trono en caso de casarse con una mujer. Tampoco habría problemas si el heredero de los reyes Guillermo y Máxima hubiera sido varón y quisiera contraer matrimonio con un hombre. Así lo ha asegurado el primer ministro en funciones, Mark Rutte, en respuesta a las preguntas formuladas en el Congreso por liberales de derecha y socialdemócratas. Países Bajos fue el primer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual —entró en vigor en 2001— y es la primera vez en Europa que un mandatario se pronuncia sobre un asunto de esta índole. El pasado septiembre se publicó un libro sobre la princesa donde se indica que, según la Constitución, la princesa debería ceder la corona de no unirse a un varón. Amalia alcanzará la mayoría de edad el próximo diciembre.
“El Gobierno cree que el heredero también puede casarse con una persona del mismo sexo y no ve un obstáculo legal permitir el matrimonio de un heredero con una persona del mismo sexo. Por tanto, el Gabinete no considera que un heredero al trono o el rey o la reina deban abdicar si desean casarse con una pareja del mismo sexo”, detalló Rutte.
En Países Bajos, los miembros de la Casa Real necesitan el permiso del Parlamento para casarse, de ahí la importancia de la respuesta del primer ministro. Rutte ha dicho que el Gabinete no ve impedimentos para un matrimonio homosexual, por lo que esa no sería una justificación para perder el derecho al trono.
El Gobierno no se ha pronunciado sobre el futuro en el trono de los hijos, ya sean adoptados, nacidos de un donante de semen, o bien a través de una gestación subrogada. La Constitución holandesa estipula que la sucesión del jefe del Estado “debe ser legítima”, y en su respuesta a la Cámara, Rutte dice que debe estar claro “el origen de los hijos en un matrimonio entre personas del mismo sexo”. Esto es así porque es preciso establecer, sin ambigüedad, quién sucede al rey o la reina. “De este modo se puede tener seguridad jurídica. En el caso de un matrimonio homosexual, habría que llegar a acuerdos para que esto fuera posible”, explica. Como la sucesión está sellada en la Constitución, “el Gobierno y el Parlamento tendrían que analizar dicha posibilidad para evitar tensiones”, ha añadido. También ha puntualizado que no es el momento de hablar de algo que no se ha producido y que depende de las circunstancias personales. Hasta la fecha, la princesa no ha expresado intención alguna de casarse.
La propia Amalia nunca ha hablado públicamente de su sexualidad, pero el motivo de las preguntas parlamentarias a Rutte se originó tras la publicación el pasado mes del libro Amalia, plicht roept (Amalia, la llamada del deber), firmada por el exdiputado socialdemócrata Peter Rehwinkel. El autor no presume que la joven vaya a tener problemas para llevar a cabo su labor, pero sí consideraba que habría un problema en el caso de que Amalia eligiera en el futuro como pareja a otra mujer. En unas declaraciones efectuadas este septiembre al rotativo NRC Handelsblad, Rehnwinkel recordó que, en 2000, durante el debate sobre el matrimonio homosexual, “el Gobierno señaló que la Corona es hereditaria por esencia; los hijos nacidos de una unión de esta clase cuestionarían dicha sucesión”. En otras palabras, Amalia tendría que ceder el trono a su hermana, Alexia, segunda en la línea de sucesión. Este martes, Rehwinkel se ha mostrado “satisfecho de que la situación haya sido adaptada”.
La princesa Irene, tía abuela de Amalia, renunció a sus derechos sucesorios para unirse al duque Carlos Hugo de Borbón Parma, que era católico. La Casa de Orange es protestante. El fallecido príncipe Friso, hermano del actual monarca, también se apartó de la sucesión porque el Parlamento no aprobó su matrimonio con Mabel Wisse Smit. En este caso, fue porque ella ocultó al Gobierno y a la propia soberana -entonces la reina Beatriz- la intensidad de una relación de juventud mantenida con Klaas Bruinsma, que fue uno de los narcotraficantes más conocidos de Países Bajos. Murió acribillado en 1991. Este jueves, el Congreso holandés debatirá el presupuesto de la Casa Real. La princesa Amalia acaba de aprobar la Secundaria y se ha tomado un año sabático para “conocer el mundo”, según ha declarado.
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