La crisis inflacionaria, la desaceleración económica y las secuelas de la pandemia han propiciado una caída drástica en el poder adquisitivo de los trabajadores. En la primera mitad del 2022 los salarios mensuales promedio disminuyeron -0.9% en términos reales a nivel global.
“Con excepción de México, en 2022 todas las economías emergentes del G20 exhiben salarios mensuales promedio más altos en términos reales que la línea de base (2008). En México, los salarios reales siguen mostrando una tendencia del 7% por debajo de su valor real en 2008”, destacó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con el Informe Mundial sobre Salarios 2022-2023: El impacto de la inflación de la Covid-19 en los salarios y el poder adquisitivo presentado este miércoles, aunque desde 2019 se observa una tendencia de recuperación de las remuneraciones generales en el país, año en el que comenzó a implementarse la política de alzas considerables al referente mínimo, todavía no se ha logrado un avance total en favor de la población trabajadora.
El organismo advirtió que la combinación de las secuelas de la pandemia, la crisis inflacionaria y la desaceleración del crecimiento económico mundial han comenzado a propiciar una caída drástica de los ingresos de los trabajadores en varios países. Se estima que en la primera mitad de este año los salarios mensuales promedio disminuyeron en términos reales en -0.9% a nivel global, el primer dato de crecimiento negativo para este indicador en más de 20 años.
“Las múltiples crisis mundiales a las que nos enfrentamos han provocado un descenso de los salarios reales. Esto ha colocado a decenas de millones de trabajadores en una situación desesperada, ya que se enfrentan a una incertidumbre cada vez mayor”, expresó Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT.
“La desigualdad de ingresos y la pobreza aumentarán si no se mantiene el poder adquisitivo de los peor pagados. Además, podría ponerse en peligro la tan necesaria recuperación tras la pandemia. Esto podría alimentar un mayor malestar social en todo el mundo y socavar el objetivo de lograr la prosperidad y la paz para todos”, sentenció.
Para el caso de México, los datos presentados en el reporte destacan que mientras los salarios reales del primer quintil, es decir, la población que menos gana, han tenido una disminución de -3.7% en 2022 respecto de lo observado antes de la pandemia, para los trabajadores mejor pagados la merma ha sido sólo de -0.1 por ciento.
Sin embargo, esta situación cambia al analizar la condición de formalidad e informalidad de los trabajadores. Del lado del empleo formal, quienes menos ganan han visto un aumento de 5.7% en los salarios reales en los últimos tres años, para los de mayores percepciones ha habido una caída de -5.5 por ciento. En el caso de las ocupaciones informales, las percepciones reales del primer quintil han retrocedido -1.9% y de las del quinto quintil, -5.0 por ciento.
La OIT advirtió que las altas tasas de inflación seguirán presionando el bolsillo de los trabajadores, en especial de los que menos ganan, pues son quienes destinan una proporción mayor de recursos a los productos de primera necesidad. En México, por ejemplo, se detalla en el informe, los hogares del decil inferior de la distribución de ingresos –es decir, el 10% de los hogares con ingresos más bajos– gastan el 42% de sus ingresos en alimentos, mientras que los del decil superior sólo dedican a este fin el 14% de sus recursos.
“Las proyecciones indican que la inflación mundial alcanzará el 8.8% a finales de 2022; a partir de ahí, descenderá al 6.5% en 2023 y al 4.1% en 2024. A menos que los salarios y otros tipos de ingresos laborales se ajusten a la inflación, es probable que disminuya el nivel de vida de muchos trabajadores y de sus familias”, se advierte en el reporte.
Ante este contexto, el organismo recomendó implementar políticas focalizadas para sostener el poder adquisitivo de los trabajadores, hacer ajustes considerables en el salario mínimo, considerar la entrega de bonos a las familias de bajos ingresos para ayudarles a adquirir los bienes esenciales y la reducción de algunos impuestos al consumo.
“Debemos prestar atención especial a los trabajadores que se encuentran en la parte media e inferior de la escala de salarios. Luchar contra el deterioro de los salarios reales puede contribuir a mantener el crecimiento económico lo cual, a su vez, puede ayudar a recuperar los niveles de empleo registrados antes de la pandemia. Ésta puede ser una manera eficaz de disminuir la probabilidad o la intensidad de las recesiones en todos los países y regiones”, declaró Rosalía Vázquez-Álvarez, una de las autoras del informe.
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