México, EEUU y Canadá prometieron un torneo internacional “low cost”, tras el derroche financiero que implicó Qatar 2022. La infraestructura existente fue la principal garantía
La competencia en los últimos tres mundiales de fútbol no ha estado solo en la cancha, también por ver quién gasta más en su organización. Brasil (2014), Rusia (2018) y Qatar (2022) han ido aumentando la apuesta económica para adecuar su infraestructura deportiva y de alojamiento a las exigencias del torneo internacional, un compromiso que deberán cumplir dentro de cuatro años Canadá, Estados Unidos y México.
Por primera vez tres países compartirán la organización del mundial de fútbol, cuya promesa fue generar la competencia deportiva “más lucrativa” de la historia: 14 mil millones de dólares en ganancias y un beneficio directo para la FIFA superior a los 10 mil millones de dólares, según reseñó la BBC en 2018 ¿Cuánto costará ser sede del torneo en 2026?
La firma independiente The Boston Consulting Group elaboró un informe –que publicó Forbes– donde estima que los costos de organización del Mundial 2026 entre los tres países alcanzarían los 2.000 millones de dólares. Una cifra muy por debajo de los 200 mil millones de dólares que se estima se invirtió para lograr organizar Qatar, y los 15.000 millones de dólares que usaron años atrás Rusia y Brasil.
La proyección de Sport Business –que cita El Economista– afirma que los tres países requerirán alrededor de 20.000 millones de dólares, pues en sus datos incluye la inversión privada, así como gastos en seguridad, servicios de comunicación, marketing, tecnología y logística. Bajo estos cálculos, el costo sería similar a los de Rusia y Brasil.
¿Cuánto pone México?
Pocas han sido las voces críticas con la decisión de México de participar en la organización del próximo mundial. Los analistas coinciden en que la inversión que se tendrá que hacer en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey –las tres ciudades sedes en este país– puede ser controlada.
La infraestructura existente es una buena señal. En Brasil, por ejemplo, se construyó para 2014 el Estado Nacional que –pese a la afición deportiva entre los cariocas– hoy ha terminado siendo un estacionamiento municipal de autobuses. Aquí solo se prevé adecuar las estructuras como el Estadio Azteca, que se remozará con capital privado y pasará a ser el único en el mundo en albergar tres mundiales.Siguiendo el estimado de Sport Business, la inversión en las tres ciudades mexicanas rondaría los 6 mil millones de dólares. Sin embargo, el retorno esperado alcanzaría los 500 millones de dólares (unos 10 mil millones de pesos), según ha prometido Yon de Luisa, director de la candidatura de México para la Copa Mundial de 2026. Los analistas apuestan a que el mundial en Norteamérica impulse la economía de toda la región y cree al menos 40 mil puestos de trabajo.
Un mundial “low cost” es la promesa. “Estamos listos para recibir el Mundial. Nuestra gran fortaleza es que ya tenemos toda la infraestructura, no hay que construir estadios. Y así también están Estados Unidos y Canadá. Eso reduce considerablemente los costos”, defendió De Luisa.
Visto lo que ocurrió en Qatar, el especialista en finanzas deportivas de la Universidad Sheffield Hallam, Dan Plumley, le confirmó a la DW que la mayoría de los millones gastados por el gobierno del Medio Oriente fueron destinados a infraestructura no futbolística. Necesitaron adecuar el sistema de metro, aeropuerto internacional, nuevas carreteras y cerca de 100 nuevos hoteles e instalaciones para el ocio.
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