Dos grandes grupos de aficionados ultras protagonizaron una pelea en el centro de la ciudad alemana de Gelsenkirchen, horas antes del partido que Inglaterra ganó 1-0 a Serbia en actividad del Grupo C de la Eurocopa. En testimonios recabados por medios locales, un aficionado y un agente de policía recibieron atención médica urgente, debido a contusiones en la cabeza provocadas por golpes con sillas o botellas de vidrio, que volaron durante el choque a las afueras de un restaurante, hasta la aparición de la seguridad pública. Participaron serbios, ingleses y albaneses.
Las razones de lo ocurrido aún siguen sin estar claras, comentó el portavoz de la policía de Gelsenkirchen, luego de anunciar la detención de siete ciudadanos serbios. El miércoles pasado se registraron incidentes con seguidores de las Águilas Blancas en el entrenamiento de su selección, cuando un aficionado intentó saltar al terreno de juego y otros encendieron bengalas desde las gradas.
A varios kilómetros de ahí, en Hamburgo, la policía alemana hirió a tiros a un hombre de 39 años que amenazó a varios agentes con un pico y una bomba incendiaria. El individuo fue hospitalizado y nadie más resultó lastimado, de acuerdo con el informe oficial. El incidente ocurrió en la zona St. Pauli, que en ese momento estaba repleta de aficionados, que iban a presenciar el duelo entre Países Bajos y Polonia.
Ya en el plano deportivo, Inglaterra logró aislarse de ese entorno violento y derrotó 1-0 a Serbia con el gol de Jude Bellingham (minuto 13), figura del Real Madrid. La victoria en la Arena Veltins de Gelsenkirchen catapultó a los ingleses al primer lugar del Grupo C.
El regreso de Eriksen
En la Eurocopa de hace tres años, el corazón de Christian Eriksen sufrió un paro repentino por el cual se desplomó durante el debut de Dinamarca contra Finlandia, en Cope-nhague. Los médicos corrieron para realizar maniobras de reanimación sobre el césped y recuperar su ritmo cardiaco, después pasó un proceso de meses para su rehabilitación. Con un desfibrilador automático, el volante del Manchester United volvió a jugar en 2022 y, ayer marcó el gol del empate 1-1 ante Eslovenia en el Grupo C.
El festejo de Eriksen fue tan liberador que provocó un estallido en el estadio Mercedes-Benz, en Stuttgart, donde miles de aficionados se reconciliaron con la vida y los recuerdos de la Euro. Estuve muerto durante cinco minutos, admitió el jugador danés a principios del año pasado, cuando reflexionó en público sobre aquella dramática experiencia. Más de un médico coincidía en que difícilmente podría regresar al futbol.
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▲ En la imagen, Christian Eriksen celebra el primer gol para Dinamarca en el torneo, tres años después de sufrir un infarto en la cancha.Foto Ap
Ayer, en el cotejo, sus compañeros lo buscaron, crearon un sitio donde su talento fuera capaz de iluminar cada jugada y así encontraron la ventaja. Eriksen abrió el marcador con una muestra de su gran olfato goleador: con el pecho bajó la pelota tras un saque de banda por el costado derecho y sorprendió a la defensa de Eslovenia, rematando cruzado para batir al arquero Jan Oblak (minuto 17).
Pero los daneses, que se fundieron en abrazos con su gol, perdonaron varias ocasiones y no aumentaron la diferencia en el encuentro. Lo pagaron caro al final, cuando Erik Janza anotó para Eslovenia (minuto 77).
Remontada naranja
En Hamburgo, Países Bajos no tuvo su mejor presentación en el Grupo D, pero logró corregir a tiempo. En menos de 90 minutos pasó del drama y el nerviosismo a la euforia total de su afición. Derrotó 2-1 a la combativa Polonia gracias a los goles de Cody Gakpo (minuto 29) y Wout Weghorst (83), asistidos ambos por Nathan Aké, luego de irse abajo en el marcador con el tanto inicial de Adam Buksa (minuto 16).
Los dirigidos por Ronald Koeman, con un único sobresalto esta semana –la ausencia del estelar Frenkie de Jong por lesión–, intentaron poner en juego su papel como máximos candidatos a llevarse el trofeo. En esa búsqueda se encontraron con un equipo envuelto en diferentes problemas, entre ellos, la baja del goleador Robert Lewandowski, quien no pudo recuperarse de sus dolencias y quedó fuera de la convocatoria.
Sin el delantero del Barcelona, el técnico Michal Probierz ingresó a Buksa, un gigantón de 1.93 metros, formado en el New England de Estados Unidos, que respondió a las tareas requeridas. Apenas tardó un cuarto de hora en dejar su sello, con un espectacular cabezazo a la salida de un córner lanzado por Piotr Zie-linski que superó al guardameta Bart Verbruggen.
El 1-0 de los polacos cayó justo cuando Países Bajos dominaba el choque casi por completo. Gakpo igualó antes de la media hora, pero el sufrimiento se extendió hasta el segundo tiempo, pues la Orange desperdició más de una oportunidad frente al arco rival. Finalmente, Weghorst, a siete minutos del final, convirtió el 2-1 para resolver la remontada y primera victoria en el certamen.
Con información de Ap, Afp y Dpa
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